Editorial

Resumen

El escenario de escritura científica ha tenido históricamente una concepción de exclusividad en el medio investigativo. La posibilidad de visibilizar el conocimiento y hacer difusión de éste, era una categoría particular de quienes habían dedicado mucho tiempo de su vida al quehacer investigativo y además a quienes tuviesen títulos y renombre. Sin embargo, en la actualidad, el proceso de escritura y generación de nuevo conocimiento no está determinado por la formación o por la cantidad de años asociados al ejercicio de la investigación. La investigación formativa, y los semilleros de investigación, son un ejemplo que demuestra que la escritura puede ser un proceso que se entrena desde las bases académicas, y que el éxito en la producción está determinada por la calidad de los escritos y no por el nombre de quien lo hace.