Introducción

Las redes sociales son espacios de interacción de alto reconocimiento o, en otros términos, medios que facilitan la conformación de redes humanas a partir de una conexión constante (Martin Martínez & Castiblanco Carrasco, 2024). Tal es la relevancia de estos sitios virtuales, que ha sido necesario el análisis de las situaciones que allí se desarrollan y que impactan a los sujetos individuales y colectivos.

Estas experiencias son muy diversas; por ende, existe un buen número de investigaciones y de autores que se preguntan por este fenómeno, sus beneficios y sus posibles efectos negativos o problemáticos. Algunas de las temáticas que se destacan son: el impacto de los entornos virtuales en la competencia social de los estudiantes (Sharov et al., 2021) y los efectos de las redes sociales en la salud mental (Barrón-Colin & Mejía-Alvarado, 2021; Ulvi et al., 2022; Valkenburg et al., 2022).

También, se identifican contribuciones relacionadas con las redes sociales y la adicción al like (Martín Critikián & Medina Núñez, 2021), con las motivaciones para el uso de los sitios virtuales y la interacción social y su relación con el uso problemático de internet (López de Ayala López et al., 2022), asimismo, con la adicción a las redes sociales y su vínculo con las habilidades sociales y el bienestar psicológico (Klimenko et al., 2024).

Su gran impacto es igualmente corroborado por las estadísticas; el boletín técnico del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) informa, desde 2007, sobre el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) en el país (Colombia) y reporta que a nivel nacional se destina el internet para cinco actividades principales: la educación y el aprendizaje (30,8 %), el contenido audiovisual -para entretenimiento- (42,0 %), obtener información (45,3 %), las llamadas y videollamadas (45,3 %), el correo electrónico (49,5 %) y las redes sociales (82,8 %) (DANE, 2024). Estos datos confirman la relevancia que tienen las redes sociales en la actualidad.

Por otra parte, se ha identificado que las redes sociales proponen un ejercicio de relacionamiento diferente (Abdelraheem & Ahmed, 2018; Savolainen et al., 2020; Yu, 2023) y que las interacciones en estas plataformas han influido en el proceso de construcción identitaria (Del Prete & Redon Pantoja, 2020; Gómez-Urrutia & Jiménez Figueroa, 2022) y en la búsqueda de aprobación (Camacho-Vidal et al., 2023; Wagner et al., 2021). Esta situación es significativa, dado que se contemplan otros tipos de relaciones, de comunicación y de interacción.

Estas novedades son objeto de análisis por el impacto que pueden tener en la cotidianidad de las personas, gracias a aspectos como el manejo de la información en internet y que es riesgoso (Tapia, 2016). En otros términos, resultan interesantes los posibles efectos que el uso de las redes sociales pueda tener en los usuarios y en sus dinámicas cotidianas, porque “lo público juega un papel diferente, se interactúa de una forma que antes no existía, aunque esa interacción sea con personas ya conocidas, o bien, se establecen interacciones nuevas que motivan a pesar del peligro que conllevan” (Tapia, 2016, p. 198).

A esto se añade el ciclo vital, un asunto que se debe tener en cuenta si se pretende estudiar estas plataformas, porque comúnmente se evidencia un mayor nivel de interés en ciertas etapas como la adolescencia y la adultez joven; según Valencia-Ortiz et al. (2021) son el medio preferido por estos dos colectivos para el relacionamiento, la comunicación e interacción y porque los jóvenes son considerados como el grupo más activo en las redes (Barrón-Colin & Mejía-Alvarado, 2021).

El reconocimiento de las redes sociales como un fenómeno relevante y la identificación de estudios que se han preguntado por la identidad, la aprobación social y las relaciones interpersonales de forma independiente impulsó esta investigación; es decir, se observó que estos elementos se han analizado poco en conjunto y con frecuencia desde otras perspectivas y aunados a otras temáticas, como el uso excesivo de la internet, los autoesquemas, la imagen corporal y la salud mental; así las cosas, el propósito es contribuir al conocimiento existente y ofrecer un análisis que considere estos tres elementos.

Por todo lo anterior, se estableció el siguiente objetivo: describir los efectos que tienen las interacciones en redes sociales en los vínculos interpersonales, la necesidad de aprobación y la construcción de identidad, de los jóvenes universitarios de 18 a 28 años, que se encontraban vinculados a la Fundación Universitaria Católica del Norte, en el departamento de Antioquia, en el 2021.

Ahora bien, es necesario definir los conceptos principales y reconocer la relación que sostienen. El término redes sociales empezó en las ciencias sociales y se refiere a grupos de personas con intereses en común que se unen a los sistemas de información; cabe aclarar que este concepto se ha utilizado desde los años cuarenta, pero es en los sesenta que se empieza a relacionar con el comportamiento y que se analiza en el marco de las relaciones humanas (Santos Cueto, 2018). Las redes sociales son las aplicaciones en línea con más reconocimiento en la sociedad actual; estas permiten la construcción de nuevas relaciones y el sostenimiento de las ya creadas, por medio de distintas funciones para la gestión de la interacción, como la creación de un perfil y el intercambio de información social, de mensajes privados y de apoyo social (Chai et al., 2019; Chen, 2019).

La aparición de estos sitios virtuales y su utilización en las actividades diarias cambió por completo la forma en que las personas se comunican y socializan, porque son espacios que permiten configurar nuevas subjetividades (Lardies & Potes, 2022). En otras palabras, la comunicación se consolidó como un proceso dinámico y simultáneo gracias a la digitalización, uno en el que no es relevante el tiempo y el espacio (Barrón-Colin & Mejía-Alvarado, 2021). Dichos cambios, han incentivado a las personas a la construcción de lazos de amistad en lugares distintos a los acostumbrados para vivir un nuevo ejercicio de socialización que permite configurar la identidad (Martin Martínez & Castiblanco Carrasco, 2024).

Ese carácter social de las redes sociales se asocia directamente con la consolidación de vínculos interpersonales, es decir, con esas relaciones que se dan entre las personas (Yu, 2023). En la virtualidad, son interacciones sociales donde las emociones y sentimientos están mediados por la tecnología, formando parte de la construcción de la identidad (Raad, 2004). En pocas palabras, es una nueva forma de interacción donde los usuarios comparten información y se comunican con personas de diferentes lugares sin limitación.

Aunque estas relaciones son novedosas y atractivas para las personas, no son ajenas a los riesgos que existen en estos entornos, como la posibilidad de compartir información engañosa y la violencia online; asimismo, a los efectos del uso excesivo de las redes sociales como el abandono de los vínculos cara a cara (Yu, 2023). Esta experiencia implica redefinir los aspectos que han sido relevantes en la consolidación de relaciones como la intimidad personal, la pertenencia a los grupos y la cercanía (Gómez-Urrutia & Jiménez Figueroa, 2022).

Entonces, es así cómo las nuevas tecnologías se convierten en un campo nuevo que favorece la construcción de subjetividades y de relaciones interpersonales, pero que no es estático, dado que está estrechamente asociado a los cambios que las mismas tecnologías experimentan con el tiempo y por supuesto a sus efectos e impactos en el tejido social (Giraldo Hurtado & Rodríguez Bustamante, 2018).

Por otro lado, la interacción en las redes sociales se encuentra permeada por la necesidad de aprobación y por la presentación de una imagen atractiva por parte de los usuarios (Wagner et al., 2021). La necesidad de aprobación se puede entender como esa tendencia del usuario a manifestar su propia presencia en las redes sociales a través de sus interacciones, en miras de la atención y la devolución (prioritariamente positiva) por parte de otros usuarios y que influye en el bienestar y el nivel de satisfacción personal (Fernández, 2015).

Esta tendencia a la aprobación surge porque el usuario desea ser visto y validado por otro dentro de la red social; por ende, desarrolla una imagen que pueda ser agradable y que le ofrezca esa opinión positiva (Wagner et al., 2021). Esta evaluación tiene alto valor para aquellos que interactúan en estos espacios virtuales; por tanto, se muestran preocupados por la imagen y el contenido compartido, aunque cabe resaltar que recibir una respuesta diferente a la esperada puede tener efectos en la autoestima de los jóvenes (Barrón-Colin & Mejía-Alvarado, 2021).

Antes de recibir devoluciones, los usuarios construyen una imagen de sí mismos, a través de fotos, imágenes y breves relatos (el perfil virtual) para una audiencia que puede dar me gusta, seguir, comentar; en general, reaccionar (Gómez-Urrutia & Jiménez Figueroa, 2022). En pocas palabras, la necesidad de aprobación se configura por medio de la mirada de un otro, de sus percepciones y valoraciones, tanto positivas como negativas, que influyen en el bienestar y la propia satisfacción (Fernández, 2015).

Entonces, las redes sociales son esos lugares que los usuarios visitan para interactuar con otros, comunicarse y expresarse libremente y que posibilita el inicio o continuidad de los vínculos interpersonales a través de un me gusta, un comentario y/o una conversación. Para tal fin, el usuario crea un perfil con información personal en el cual publica lo que le interesa sea visto por lo demás (Tapia, 2016), situación que se relaciona con la necesidad de aprobación, dado que el interés por reacciones y/o devoluciones agradables puede llevar a la persona a publicar cierto contenido.

En esa misma línea, es relevante la identidad; esta comprende las características que posee una persona y por las cuales es reconocida, y se constituye en gran medida por la interacción social que inicia con la familia y la escuela, e influye en el comportamiento de los individuos. La identidad se diferencia de la personalidad precisamente por su relación con el ámbito social, dado que la personalidad hace alusión a expresiones internas que permiten reconocer a los sujetos y que son estables a lo largo del tiempo (Páramo, 2008).

La identidad se construye por medio de factores personales y sociales, dado que se compone de sistemas narrativos que constituyen la experiencia (Lardies & Potes, 2022). Cada una de sus vivencias permiten al sujeto la toma de decisiones y la formación del autoconcepto, que también aporta a la consolidación de la identidad, una que está abierta al cambio y que continúa siendo consistente en el tiempo (Lardies & Potes, 2022). También, se afianza por el espacio, por ese lugar que los sujetos consideran propio y en el cual dejan su huella, por los escenarios en los cuales interactúan y por el rol que asumen en los mismos (Páramo, 2008).

La edad, la orientación sexual, el género, la raza y el nivel educativo son elementos para considerar, debido a una característica fundamental de la identidad; esta no es estática, es una construcción temporal que toma en cuenta la dinámica psíquica (en constante movimiento), las experiencias, los vínculos y el contacto con el mundo a merced de la palabra (Ramírez Grajeda, 2017). En otros términos, los cambios que perciben las personas a lo largo de su vida tienen influencia en la identidad.

La identidad se relaciona con las redes sociales porque estos entornos virtuales permiten su ostentación, en tanto favorecen la construcción de un perfil que se modifica con frecuencia, que está atento a los cambios cotidianos y que convive con las visiones e interpretaciones culturales de cada persona (Del Prete & Redon Pantoja, 2020), y se conecta con los vínculos interpersonales porque dichas vivencias aportan a esa construcción.

En igual medida, se relaciona con la necesidad de aprobación, porque el usuario realiza una autopresentación antes los demás, en la que utiliza las herramientas digitales que tiene a su disposición (Gómez-Urrutia & Jiménez Figueroa, 2022). Esta presentación es una prueba de las experiencias del usuario, de los aprendizajes y cambios físicos y psíquicos que va teniendo, y que, sin duda, van aportando a su identidad; sin embargo, no se puede obviar que trae consigo riesgos, por ejemplo, la sobreexposición puede provocar efectos negativos en la autoestima y en el proceso identitario, al igual que la exposición a formas de violencia como el ciberacoso y difusión no autorizada de la información (Gómez-Urrutia & Jiménez Figueroa, 2022).

En cada momento de la vida el ser humano disfruta de experiencias, retos y aprendizajes que aportan a su construcción individual, por ello son relevantes las características de cada etapa. En este caso, son de interés los jóvenes que se encuentran en el rango de los 18 a 28 años, y desde la teoría del desarrollo psicosocial de Erik Erikson, esta hace alusión a las etapas por las cuales transita el ser humano a lo largo de su vida, integrando los niveles somático, psíquico, ético-social y epigenético (Bordignon, 2005).

Según este psicólogo las personas son confrontadas constantemente con el fin de poner a prueba su nivel de crecimiento personal y su capacidad para atravesar las dificultades (Robles Martínez, 2008). Como ya se indicó previamente, la población que es objeto de esta investigación se encuentra en el rango de los 18 a 28 años, esto la ubica en dos fases que propone el autor y que comprenden la adolescencia y la adultez joven, etapas en las que es de suma importancia la consolidación de la identidad y la pertenencia a grupos sociales.

La adolescencia de los 12 a los 20 años,descrita por el autor como la fase de identidad versus confusión de roles-fidelidad y fe, se caracteriza por la madurez y consolidación de la identidad personal en diferentes esferas: la psicosexual a partir del desarrollo de la confianza y la lealtad, en miras de compartir afectos con otros; la ideológica que se manifiesta por medio de los valores con los cuales se identifica el individuo; la psicosocial que se expresa a través de la participación en agrupaciones sociales; la profesional que favorece la elección de una carrera que sea afín; y la cultural y religiosa en la cual se reconocen las vivencias y el fortalecimiento espiritual. Si el tránsito por esta fase es inadecuado se puede evidenciar relaciones con el entorno poco efectivas, incertidumbre, confusión de roles y una deficiente identificación afectiva, cognitiva y comportamental (Bordignon, 2005).

La adultez joven que va de los 20 a los 30 añosse conoce comoel ciclo deintimidad vs aislamiento-amor.Durante esta fase se reconoce más madurez en el ámbito afectivo y profesional, los sujetos construyen relaciones amorosas saludables y crecen a nivel laboral, lo expresan por medio de la confianza que depositan en el otro y que les facilita la construcción de compromisos, de tener hijos y pertenecer a un grupo determinado. Adversidades en esta etapa indican aislamiento, individualismo, carencia afectiva, entre otros (Bordignon, 2005). También, es conocida como la sexta etapa, en ella toma relevancia la independencia y la estabilización del adulto y su sentido de la responsabilidad, así como el interés por las relaciones amistosas y afectivas con mayor nivel de confianza y respeto; los conflictos en esta fase amenazan la identidad (Robles Martínez, 2008).

Metodología

El estudio se orientó desde el enfoque cualitativo, dado que permite comprender el fenómeno desde la visión de los interesados (Hernández Sampieri et al., 2014), y se sirvió de un diseño fenomenológico que favorece la exploración de la temática según las vivencias de los participantes y la relación que hay entre sus experiencias (Hernández Sampieri et al., 2014). También, se consideró un estudio exploratorio porque el fenómeno de interés no había sido investigado en el contexto seleccionado y con las categorías de análisis establecidas.

En la investigación se vinculó a jóvenes universitarios de la UCN que cumplían los siguientes criterios de inclusión: estar en el rango de los 18 a 28 años, estar activo en alguno de los pregrados ofertados por la universidad, ser residente del departamento de Antioquia y hacer uso de por lo menos una red social; su selección se hizo a partir de un muestreo teórico no probabilístico, que no recurre a la generalización de los resultados y permite el ajuste de la muestra según el tipo de fenómeno estudiado y las condiciones del estudio.

La franja etaria que fue definida es amplia, porque se evidenció en estudios previos que esta población se interesa mucho por las redes sociales, además para considerar las experiencias y percepciones de jóvenes en distintas edades y que comparten características similares a partir del ciclo vital en el que se ubican. Se eligió a la población de manera intencional en vista del apoyo ofrecido a la investigadora por parte del semillero Fenómenos Psicológicos, Sociales e Inclusión de la UCN; así mismo, por las situaciones que acontecieron al estudio, como el número de alumnos inscritos e interesados en participar y su disponibilidad.

Los instrumentos utilizados: el grupo focal y la entrevista a profundidad. Su aplicación siguió la siguiente ruta: Se construyeron dos guías, una para la entrevista a profundidad y otra para el grupo focal (ver apéndice A y B), en cada una de estas se definieron las preguntas a realizar acorde con el propósito del estudio y las categorías establecidas. Posteriormente, se difundió una pieza gráfica (ver apéndice C) y un enlace de inscripción (Google Forms) por medio de la plataforma académica Canva (que aloja los cursos de los distintos programas y que permite enviar mensajes a los vinculados), del correo electrónico y de grupos de WhatsApp para invitar a los estudiantes a participar de la investigación. Con el apoyo del semillero se pudo compartir la información en estos medios.

Luego, se citó a los alumnos inscritos a dos reuniones de socialización (en la mañana y la tarde) por medio de la plataforma Microsoft Teams, en las que se informó sobre los objetivos, las técnicas, las condiciones de participación, el consentimiento informado y aspectos como el manejo de la información recolectada. Una vez que se identificó a los interesados se estableció la fecha y hora para el desarrollo del grupo focal (1) y las entrevistas a profundidad (4), así como el diligenciamiento del consentimiento informado a través de un enlace que fue construido desde Google Forms. Cada una de estas sesiones se llevó a cabo en Microsoft Teams y fue grabada (con el permiso de los participantes) para su posterior transcripción.

Análisis de la información

En principio se realizó la transcripción literal del material obtenido (2021-2022) en un archivo de Microsoft Word independiente; asimismo, se asignó un número a cada participante para proteger la identidad de los estudiantes. Luego, se diseñó una matriz en Microsoft Excel con categorías y subcategorías de análisis, descriptores y fragmentos cortos de las entrevistas a profundidad y del grupo focal, acorde con lo establecido en los objetivos y en los elementos teóricos que sustentan las categorías planteadas.

Es decir, aquí el investigador toma en cuenta algunas secciones del contenido y determina si existen elementos en común, comparándolos y relacionándolos. Posteriormente, los agrupa en categorías que pueden responder a conceptos, experiencias o situaciones de gran relevancia dentro del material y que permiten dar orden a los resultados (Hernández Sampieri et al., 2014). El análisis discursivo se realizó en 2022, aquí se eligieron cuidadosamente los apartados o partes de las entrevistas y del grupo focal que mostraban relación con las categorías y subcategorías definidas. Se tuvo en cuenta su pertinencia e importancia, además de su coherencia con la teoría que describe y se acerca al fenómeno.

Muestra

La muestra que participó de la investigación estuvo conformada por 5 estudiantes. En la Tabla 1, algunas de sus características:

Limitaciones

Este fenómeno es de importancia para la comunidad académica y científica, por eso se impulsan las contribuciones de los autores año tras año; este artículo pretende contribuir al conocimiento existente y seguir esta línea, pero con una aclaración, las actualizaciones frente al tema son aceleradas, por lo que los aportes de hoy pueden presentar una modificación o requerir de una mayor reflexión mañana.

Criterios éticos

Se consideraron las normativas vigentes:

Resolución 8430 de 1993: Este proyecto se ubica en la categoría investigación sin riesgo, porque responde su pregunta de investigación y realiza su exploración por medio de técnicas no invasivas, como el grupo focal y la entrevista a profundidad.

Ley 1090 de 2006: Esta normativa que reglamenta el ejercicio de la psicología en Colombia, ofrece indicaciones claras en lo concerniente al principio de confidencialidad y de bienestar de los participantes, así mismo, a la ética del investigador y al adecuado uso de la información obtenida.

Resultados

Interacción en redes sociales

Los jóvenes universitarios interactúan en las redes sociales a partir de sus gustos, afinidades y experiencias personales; es decir, lo subjetivo se hace un lugar en estos espacios virtuales. Igualmente, por la flexibilidad de la comunicación que rompe con las barreras de tiempo y espacio, esto se sustenta a través de afirmaciones que realizaron los participantes, así: “con las personas que uno necesita comunicarse es más fácil, no sé, se siente que uno no invade el espacio de la otra persona, sino que cuando ella tenga la posibilidad de contestarte te contesta” (Entrevista 1, Comunicación personal).

El intercambio es tan importante que permea el contenido que es compartido, mismo que busca impactar a otros usuarios y generar algún tipo de reacción; este se encuentra asociado a los intereses que manifiestan los estudiantes y a sus experiencias más significativas, por ejemplo, a su formación académica y a sucesos de su cotidianidad. En lo correspondiente a este elemento, un estudiante manifestó:

Mis publicaciones son referentes a experiencias, no sé, que hice un viaje, que me encontré con algo interesante en algún lugar; a eso le tomo foto y lo público, pues para darlo a compartir a los demás o de pronto algún artículo o cosas así, como alguna frase que me llamó la atención. (Entrevista 4, Comunicación personal)

Los participantes reconocen que la información es vulnerable y que la interacción puede ser peligrosa, dado que muchas personas pueden acceder a las redes sociales y hacer un uso indebido de las mismas, tal y como lo relató una participante:

Hay una forma donde no necesariamente se necesita tener a la persona agregada para que le lleguen mensajes. Esta semana me pasó algo, me llegó un mensaje, hola, y lo dejé en visto, porque no conocía a la persona, tampoco la tenía en mis amigos; resulta que luego de eso, como lo dejé en visto, me puso varias imágenes ofensivas, o sea faltándome al respeto y bueno lo que hice fue bloquearlo. (Grupo Focal, Comunicación personal)

A pesar de experimentar este tipo de situaciones y de reconocer los posibles riesgos se desconocen elementos básicos como las políticas de privacidad y de tratamiento de datos. Los estudiantes consideran que es importante proteger su perfil virtual, pero es más relevante el relacionamiento y la comunicación con otros.

Bueno, la verdad, no he leído como tal todas las políticas, no sé si sea solo yo, pero creo que a la hora de uno pues crear como unos perfiles, lee las cosas como muy por encimita de manera pues muy ¿cómo? (…) ¿cómo se le puede decir a eso? muy irresponsable, pero pues la verdad, desde mi punto no conozco como tal todas las políticas. (Grupo Focal, Comunicación personal)

El intercambio con otros usuarios dentro de la red social es lo más significativo, en tanto es el eje central de la interacción, y así lo expresan los estudiantes cuando hacen alusión a sus pretensiones que se sustentan en: “el impacto que pueda generar lo que comparto, o sea, no hablo tanto de mis fotos personales sino de lo que pueda aportar a las personas que tengo agregadas en las redes sociales” (Entrevista 1, Comunicación personal).

En resumen, es muy relevante la comunicación y la flexibilidad en las redes sociales, asimismo, es vinculante y llamativo el contenido que es compartido y que pretende llegar a otros miembros de estas plataformas, aun cuando existen riesgos como la fragilidad de la información y la facilidad para iniciar contacto.

Vínculos interpersonales

Las redes sociales permiten el relacionamiento de los usuarios por primera vez, es decir, favorecen el inicio del contacto en vínculos como los amistosos; no obstante, sigue siendo necesaria la presencialidad, porque el contacto cara a cara afianza el relacionamiento. Lo anterior, es reafirmado en las participaciones realizadas por la muestra, así:

La mayoría de los amigos que tengo en Facebook, muchos empezaron, así como en la virtualidad, pero hasta cierto punto se ve necesario de que, pues para que sea una amistad verdadera, sólida, de conocernos, de propiciar un tipo de encuentro. (Entrevista 4, Comunicación personal)

De igual forma, las redes sociales permiten que los vínculos ya consolidados en la presencialidad, con compañeros de universidad, compañeros de trabajo y amigos, se mantengan. Este hallazgo también es corroborado por la experiencia de los jóvenes durante el confinamiento, época en la que se hizo uso de las redes sociales para continuar la comunicación con las personas más significativas y que estaban aisladas por miedo al contagio del COVID 19. En el caso de las relaciones amorosas virtuales se percibe reticencia en los estudiantes porque es fácil mentir, ocultar las verdaderas emociones y encubrir la mirada física del otro.

Digamos que lo que uno más ve es como la fidelidad de pronto, porque es que no es lo mismo, tú ver a tu pareja y después estar como tan a la distancia, hay personas en otro país y también este… los sentimientos, como estar ahí, el apoyo en las acciones y todo eso, creo que la presencialidad es importante. (Entrevista 2, Comunicación personal)

A esto se añade la flexibilidad que propician las redes sociales y que en el caso del relacionamiento es una desventaja, porque las emociones no pueden corroborarse y es factible que los usuarios planifiquen aquello que desean expresar. A nivel discursivo los participantes lo expresan con ideas como las siguientes:

En las redes sociales se tiene mucho tiempo de pensar lo que se va a decir, porque para eso está digamos (…) la desactivación del visto, mientras tú escribes la otra persona no se va a dar cuenta si tú ya leíste ese mensaje, cuantas veces lo has leído, mientras que en persona te lo dicen y tú vas a ver la reacción inmediata de esa persona. (Entrevista 1, Comunicación personal)

La intención de consolidar relaciones interpersonales en las redes sociales también se ve mediada por el auge de dichas prácticas en la actualidad: “pues yo creo que sí, porque eso está como tan en auge, tan de moda que, si, por algo será” (Entrevistada 2, Comunicación personal); y por la necesidad de vivir nuevas experiencias, “hay cosas que son buenas a la distancia que por lo menos podrían fortalecer algo y uno experimentar cosas nuevas” (Entrevista 2, Comunicación personal).

En concreto, esta categoría indica que los participantes utilizan las redes sociales para comunicarse con otras personas y para dar soporte a los vínculos interpersonales ya consolidados; es común que se prefieran las relaciones amistosas, académicas y laborales y que sean escasas las relaciones amorosas que inicien y se mantengan únicamente en la virtualidad, por lo que sigue valorándose la conexión que propicia la presencialidad.

Necesidad de aprobación

En esta categoría se logra identificar que los participantes eluden el término “aprobación” y que no lo consideran determinante en sus interacciones; esto se observa en apreciaciones como estas: “creo que es como normal esperar que tal vez tenga alguna reacción, porque todo el mundo utiliza redes sociales, pero pues así digamos de esperar un número o de que me preocupe un número de reacciones no” (Entrevista 1, Comunicación personal); “yo no estoy pendiente de la publicación de los demás, entonces pues no le veo como de cierto modo importante que los demás estén pendientes de lo que yo publico” (Entrevista 3, Comunicación personal).

No obstante, las interacciones sí están sujetas a opiniones, actitudes e interpretaciones de otros usuarios, razón por la que los participantes llegan incluso a limitar sus propias acciones:

La verdad sí, en mi caso me abstengo muchas veces, como de comentar o dar a conocer mi punto de vista, digamos en una red social tan pública como Facebook, Instagram, porque siento que las personas de cierto modo o como ya me ha pasado, cuando uno comparte el punto de vista personal muchos están solo como centrados en que se van a ofender. (Grupo Focal, Comunicación personal)

Los estudiantes manifiestan que sus perfiles en las redes sociales responden a sus intereses y a quienes son en la cotidianidad, y no a exigencias o expectativas externas; además, consideran muy valiosa la veracidad y que otros puedan observar en sus espacios virtuales la realidad, tal y como lo mencionó una de las estudiantes:

Intento que lo que comparto en redes sociales sea también como parte de lo que soy personalmente, porque siento que, pues no se debe como de engañar o tergiversar la información que uno da en redes y más, pues como con tu imagen personal, porque a veces es usada en las redes sociales, son usadas como referentes para muchas cosas. (Grupo Focal, Comunicación personal)

En términos generales, los estudiantes indican que no requieren de la aprobación de otros usuarios, pero sus interacciones refieren lo contrario; esperan que los demás usuarios observen su contenido y estén ahí aun cuando las devoluciones (comentarios, reacciones) sean mínimas. En los discursos de los jóvenes se evidencia que no usan el término “aprobación” porque sienten que no está presente en sus perfiles; es decir, sus publicaciones no responden a intereses externos y son genuinas; aun así, es gratificante que otros reaccionen a su contenido con unos cuantos “me gusta”.

Identidad

La identidad en las redes sociales corre peligro; es decir, es posible que las personas se pierdan a sí mismas y terminen por fusionarse con el otro en un intento por pertenecer y permanecer en la red, debido a que otros usuarios se convierten en referentes por su trayectoria o reconocimiento social. En sus discursos se describe así: “para mí es muy importante el riesgo a perder tu identidad, pues dejarte influenciar mucho por un usuario, realmente te conviertes es como en un clon o una repetición de esa persona” (Entrevista 3, Comunicación personal).

Además, se teme la desvinculación de las relaciones cara a cara gracias a la consolidación de relaciones que viven únicamente en lo ficticio:

Yo opino que se corren los riesgos de terminar viviendo de manera superficial y creyendo que todo lo que se publica y todo lo que se sube en la web es cierto, se corre el riesgo de información errada, se corre también el riesgo de que podamos perder tiempo valioso para vivir de manera presencial, el compartir con los que tenemos cerca. (Grupo Focal, Comunicación personal)

Igualmente, reaparecieron algunos elementos que fueron encontrados en categorías anteriores: la vulnerabilidad de la información y la dificultad para confiar en otros en las redes sociales, siendo nuevamente indispensable el contacto presencial. La muestra lo manifestó por medio de percepciones como esta: “para poder dar ese último banderazo de que, sí, es una persona confiable, tengo que verlo, tengo que haberla conocido presencialmente” (Entrevista 4, Comunicación personal), y de discursos como este:

Se ha perdido mucho la privacidad de las personas, puesto que todo prácticamente de la vida ya es público, porque está totalmente todo montado en las redes y, por otro lado, como la seguridad que cada persona tiene, puesto que no se sabe, digamos quién te habla, con qué intenciones te habla o con qué intenciones sigue e interactúa con tu contenido. (Grupo Focal, Comunicación personal)

En la categoría de identidad, también es relevante la temporalidad, porque el paso de los años impacta en el contenido y en las interacciones que tienen los usuarios. En cada momento del ciclo vital el uso de las redes sociales tiene un propósito distinto correspondiente a las experiencias personales y a las exigencias y condiciones de la época; también, se evidencian cambios en el lenguaje porque la comprensión y el intercambio comunicativo son diferentes en dichos espacios virtuales; por ejemplo, una estudiante indicó: “tuve como una etapa de mi vida, pues siendo más pequeña, donde el aspecto de tus fotos importa demasiado, donde sino eres constante o si no te conectabas mucho…en mi caso, mis amigos me iban a dejar de hablar” (Entrevista 1, Comunicación personal).

Estos cambios que están asociados al paso del tiempo obedecen a las variaciones que tienen los gustos e intereses con los años, a la diversidad de circunstancias que se dan diariamente y, en general, a cambios físicos y psíquicos que vive el ser humano en cada etapa de su vida. En los participantes se identificó así:

De acuerdo con la edad tú vas publicando diferentes cosas, ejemplo: cuando tú estabas en el colegio, no sé publicabas imágenes, cositas de amor o imágenes relacionadas, no sé, frases significativas, en cambio ya uno más grande, no sé a veces publica que cómo arreglar tu casa (risa), que en qué almacenes puedes comprar tales cosas, entonces realmente sí creo que eso cambia. (Entrevista 3, Comunicación personal)

Otro elemento relevante es la adhesión a los grupos o el ingreso a las comunidades en línea. En el caso de los participantes se estableció que esta opción no es esencial para ellos, pero que si puede ser de utilidad en algunos casos. Este argumento se puede ilustrar así: “cuando se dio el paro^[2] seguía pues como esas personas que hablaban del paro y hablaban de una forma neutral” (Entrevista 1, Comunicación personal) o de esta forma:

Pues sí, yo lo veo como algo positivo, porque pues ayuda de una u otra manera a darle otro uso a la red social, no solo como dar un like o algo así, sino también para crear cierto ambiente, de por si a través de esos debates he logrado hacer amistades que seguramente de pronto no hubiera logrado entablar. (Entrevista 4, Comunicación personal)

Por otro lado, aparecen nuevamente los intereses o las necesidades del usuario en la red social, dado que las interacciones que se llevan a cabo dependen estrechamente de la intención del estudiante, es decir, de su necesidad de actualizarse, “por hobbies más que todo como por mantenerme de cierto modo actualizada en lo que pasa, con las tendencias, con lo que es moda y así” (Entrevista 3, Comunicación personal); para entablar comunicación, unirse a grupos o incluso porque necesitan ser escuchados, así lo revela esta participante:

Suele pasarme que incluso personas pues que tengo agregadas, pero no, no tenemos como esa interacción interpersonal muy estrecha, sí, me escriben, empiezan con una conversación normal como, hola, ¿cómo estás? Y ya luego se van como por ese lado de querer ser escuchados o simplemente contarme pues como que, no, es que ando muy aburrido, no sé qué, y simplemente son personas que se desenvuelven ahí contándome y yo soy como, ok, está bien, y eso me genera como cierta satisfacción. (Entrevista 1, Comunicación personal)

En síntesis, se encontró que el uso de las redes sociales puede ser riesgoso, porque la información permanece expuesta y es indefensa y porque el usuario puede vivir una interacción ficticia. Son significativos también los cambios en el lenguaje y en los sujetos debido al paso del tiempo (temporalidad), puesto que las redes sociales permiten observar las distintas interacciones que tienen las personas según su momento evolutivo.

Entonces, se encontró que los jóvenes universitarios de 18 a 28 años vinculados a la investigación están activos en las redes sociales e interactúan en ellas, y que las interacciones que realizan impactan en sus vínculos interpersonales, dado que median y facilitan el contacto con otros; de la misma manera, tienen efecto en la necesidad de aprobación porque los estudiantes esperan que los demás usuarios estén ahí para observar su perfil, aunque de una forma moderada y consciente, evitando engaños o publicaciones que no respondan a sus intereses. La identidad se ve impactada por las interacciones en redes sociales, en tanto, los espacios virtuales evidencian cambios producto del paso del tiempo, además por los riesgos que permanecen latentes.

Discusión

La finalidad de esta investigación fue describir los efectos que tienen las interacciones en redes sociales sobre los jóvenes universitarios de 18 a 28 años, a partir de la exploración de las relaciones interpersonales que consolidan, de la aprobación que requieren y de las pautas para construir su identidad en estos sitios virtuales; el análisis de la información obtenida indica que la interacción que llevan a cabo los participantes impacta de forma directa en su cotidianidad, debido a que en las redes sociales se desarrollan vínculos amistosos, se gestan nuevas formas de comunicación, se configura la identidad a partir de experiencias digitales y, en general, se experimenta un ejercicio de socialización novedoso (Martin Martínez & Castiblanco Carrasco, 2024).

Los vínculos interpersonales que se establecen en los espacios virtuales han sido del interés de los investigadores. López de Ayala López et al. (2022) abordaron en su investigación el uso problemático de las redes sociales y su relación con la interacción social, en este refieren que el contacto con otros es un factor que motiva a los adolescentes a ingresar a estos entornos virtuales. Lo anterior, se asemeja a lo encontrado por Yu (2023) quien exploró la influencia de las redes sociales en las relaciones interpersonales y quien destaca que estos sitios virtuales pueden tener efectos positivos sobre el relacionamiento, como la comunicación con personas que están lejos.

Al mismo tiempo, muestra relación con lo encontrado en este estudio, dado que los estudiantes se interesan por el contacto con otros desde las redes sociales. López de Ayala López et al. (2022) también refieren que las redes sociales permiten el desarrollo a nivel emocional, personal y social de los adolescentes, asunto en el que difiere Yu (2023) al plantear los efectos negativos del uso de las redes sociales como la disminución del contacto cara a cara; es decir, aunque pueden promover la consolidación de relaciones interpersonales, al mismo tiempo podrían llegar a afectarlas. Lo formulado en este caso por Yu (2023) no coincide con los resultados de esta investigación, aunque los estudiantes usan las redes sociales para relacionarse siguen valorando el contacto presencial y la posibilidad de experimentar las emociones cara a cara.

En el estudio de Camacho-Vidal et al. (2023) sobre el uso de Instagram y la imagen corporal en adolescentes, se aborda el impacto que han tenido las redes sociales en la vida de las personas y en aspectos como la autoimagen. Una de las conclusiones a las que llegó dicha investigación refiere que el uso frecuente de estas plataformas influye en la autoimagen y en la percepción del propio cuerpo, así mismo que es gratificante para los adolescentes la recepción de comentarios positivos, confirmando la importancia de una devolución agradable por parte del entorno social y coincidiendo con esta investigación en que la interacción en redes sociales está sujeta a la respuesta de otros usuarios, es decir, a la presencia del otro en el espacio virtual.

Paralelamente, se encuentra el estudio de Martín Critikián y Medina Núñez (2021) en el que se concluye que los jóvenes no modifican su contenido a pesar de no recibir likes o la devolución que querían en una red social; de igual modo, dicen no depender de la retroalimentación de otros usuarios, pero se mantienen al día en lo concerniente a las interacciones y notificaciones del sitio virtual. Esto muestra relación con los resultados de esta investigación, debido a que los estudiantes no manifestaron un elevado interés por las reacciones en sus perfiles, pero, en contraste, si están presentes en las redes sociales y atentos a su movimiento.

En los aportes de Camacho-Vidal et al. (2023) y de Martín Critikián y Medina Núñez (2021) se observan discrepancias; el primero menciona que el uso de las redes sociales influye en las percepciones que tienen los sujetos sobre sí mismos y que tiene valor cada aporte que hace otro usuario, sobre todo cuando es satisfactorito; mientras el segundo concluye que la retroalimentación no es fundamental y la interacción no busca la aprobación externa.

Los resultados sobre la necesidad de aprobación en este estudio también indican que los participantes eluden el concepto de aprobación en sus diferentes discursos; dicha situación es significativa, aunque hay una intención de ser reconocido por los demás miembros de las redes sociales y de recibir devoluciones respecto a aquello que es compartido; no se tiene un amplio panorama sobre las comprensiones que tienen los participantes de lo que se denomina necesidad de aprobación.

En cuanto a la identidad se resaltan aspectos como las vulnerabilidades de las redes sociales en la privacidad, manejo de la información y alteración de la imagen que impactan la identidad; estos elementos también son considerados en el estudio de Gómez-Urrutia y Jiménez Figueroa (2022) dado que reconocen que la exposición a distintos modelos identitarios, la flexibilidad en la comunicación y la posibilidad de permanecer incógnito pueden representar riesgos físicos y psíquicos en población como la adolescente.

Igualmente, Lardies y Poties (2022) coinciden con Gómez-Urrutia y Jiménez Figueroa (2022) en que las redes sociales pueden ser escenarios riesgosos para la identidad de los adolescentes, pero al mismo tiempo difieren al decir que propician la construcción de la identidad personal, destacando que no hay una postura definitiva al respecto. Otro elemento para tener en cuenta es la posibilidad de cambio, es decir, las modificaciones que se pueden evidenciar en la identidad y que se observan en las redes sociales con el paso del tiempo, aunque no es claro si dichos cambios pueden estar sujetos a nuevas tendencias o a aquello que otros miembros esperan, un hallazgo significativo para la investigación aquí descrita.

Vale la pena recordar que este planteamiento se relaciona con la temporalidad o con los cambios que se observan en las redes sociales y que tienen relación con la etapa de desarrollo en la que se ubica una persona, tal como lo refiere Ramírez Grajeda (2017): “la identidad implica una síntesis de espacios, pero también de tiempos múltiples, tiempos que condicionan nuestra postura social” (p. 203). Es de aclarar que no es un tiempo de tipo lineal o circular, es delimitado por la visión del mundo, la historia de vida, los vínculos y el contexto en que se ubica una persona (Ramírez Grajeda, 2017).

En síntesis, la investigación permitió describir los efectos que tienen las interacciones en redes sociales en los vínculos interpersonales, la necesidad de aprobación y la identidad en jóvenes universitarios, lo que se considera un buen inicio, puesto que es común que se investigue cada elemento por separado y no en conjunto; en otras palabras, es frecuente que se publiquen estudios sobre la identidad, la aprobación social y las relaciones interpersonales de manera independiente o en unión con otros temas como la adicción, la educación, la autoestima, entre muchos otros, por lo que este estudio se considera una contribución interesante.

Por otra parte, se destaca que la presente investigación se interesó por los jóvenes universitarios que realizan su formación de pregrado en una institución cien por ciento virtual, población que no es frecuentemente objeto de análisis debido a que en muchos de los casos se muestra un mayor interés por la adolescencia o por los universitarios en el contexto de la presencialidad.

Se recomienda a futuros estudios la profundización de las categorías aquí elegidas en el contexto presencial y virtual, y con una muestra mucho más grande, dado que la voluntariedad de los estudiantes y dificultades para el traslado a un entorno presencial no permitieron ampliar el análisis; aunque la metodología definida admite este ejercicio, sería muy interesante una reflexión y discusión más amplia del fenómeno. De igual modo, se sugiere el estudio del impacto que tienen las interacciones en las redes sociales en la salud mental de los usuarios y que se tomen en cuenta las preguntas aquí formuladas y otras que puedan cautivar el interés porque el mundo virtual cambia constantemente y su análisis es necesario.

Algunas preguntas que pueden orientar futuras líneas de investigación son: ¿En etapas del desarrollo más tempranas, como la adolescencia, se observa un mayor interés por la consolidación de nuevos vínculos interpersonales en las redes sociales? ¿Se priorizan las relaciones amorosas? ¿Los vínculos que se sostienen en la adolescencia sufren cambios en la juventud?

¿Las interacciones en redes sociales se reducen por temor a perder la propia identidad? ¿La omisión de ciertos aspectos de la vida personal pretende proteger la identidad, evitar que sea puesta en peligro? ¿La identidad puede construirse acorde con lo que se desea mostrar? ¿El rasgo líquido y efímero que caracteriza a las relaciones actuales influencia la identidad? ¿Los estudiantes inhiben ciertas características que componen su propia identidad debido a la necesidad de aprobación?

¿Qué es la necesidad de aprobación para los estudiantes universitarios? ¿La vinculación a una institución de educación superior cien por ciento virtual fortalece este tipo de interacciones? ¿Estos resultados reflejan los efectos que tienen las interacciones en redes sociales en jóvenes que desarrollan su formación académica desde la presencialidad?

Conclusiones

Los vínculos interpersonales que establecen los participantes en las redes sociales se consolidan a partir de sus propios intereses; es decir, si un alumno ya ha fortalecido relaciones en la presencialidad y no puede continuar el relacionamiento por esta modalidad, utiliza estas plataformas para sostener la relación, principalmente, amistosa, académica y laboral; por otra parte, si se tiene la intención de conocer a una persona nueva, se recurre a las redes sociales pero solo en un fase previa, porque el fortalecimiento del vínculo se da a través del contacto cara a cara. La consolidación de dichas relaciones interpersonales es considerada riesgosa, por ende, las relaciones amorosas son menos frecuentes, debido a que no es posible corroborar la información y es fácil ocultar las emociones y planear aquello que se pretende comunicar.

Respecto a la necesidad de aprobación y a los estudiantes participantes se concluye que requieren de la aprobación de otras personas en las redes sociales en un nivel alto, aunque eluden este elemento en los distintos discursos y se niegan a nombrar que la aprobación hace parte de sus interacciones. Lo descrito en esta y otras categorías permite determinar que su interacción en las redes sociales si se relaciona con lo que hacen los demás; por ejemplo, las opiniones están sujetas a percepciones externas, el contenido que se observa y se consume parte de los gustos personales, pero tiene estrecha relación con el otro, es decir, tiene que ver con las experiencias, conocimientos y percepciones de los demás usuarios.

La identidad se construye a partir de las interacciones cotidianas, es decir, de las publicaciones, de la forma como los estudiantes se comunican con otros miembros de las redes sociales y de las variaciones que se van observando a medida que el ciclo vital avanza. Vale la pena recordar que la identidad hace alusión a esas características que son propias de una persona y que viven en transformación constante; es decir, la identidad se consolida a partir de las experiencias que van dejando huella en los espacios en que se da la interacción social y de las relaciones que se establecen con los otros.

También, se concluye que la identidad se ve expuesta a modificaciones que trae consigo la interacción en las redes sociales, porque se presume que la intención de parecerse a otro miembro o de permanecer en una comunidad virtual, ocasione una desconexión con lo presencial para vivir en lo ficticio, provocando una pérdida de esas características que son propias de cada sujeto. Finalmente, se determina que las interacciones en las redes sociales impactan en estos tres elementos e influyen en la forma como se vive el relacionamiento y en cómo se comunican, se muestran y se definen los usuarios.

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Notas

Información adicional

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